El Monje es recordado por ser una de las novelas góticas más escabrosas y transgresoras y también por ser una de las primeras. Destaca también por mostrar a un sacerdote como villano, lo que sirvió como modelo para otros trabajos literarios futuros como Nuestra Señora de París.
Destacando pactos demoníacos, violaciones, incesto, el tema del judío errante, castillos en ruinas y la inquisición española, El Monje sirve más o menos como un compendio del gusto literario hoy llamado gótico. Ambrosio, un hipócrita frustrado por su propia lujuria y mala conducta sexual dentro de las paredes de conventos y monasterios, es un villano vivamente retratado, como también una incorporación de muchas de las tradicionales desconfianzas inglesas en el catolicismo romano, con su entrometida penitencia, su autoritarismo político y religioso y su estilo de vida enclaustrado. Las ficticias calumnias anticatólicas estadounidenses, como en The Awful Disclosures of Maria Monk, usaron mucho del argumento de ésta novela. A pesar de sus críticos comentarios sobre su crudeza y carencia de profundidad, ha probado ser una de las novelas más populares del período del Romanticismo. Ha de tenerse en cuenta que fue escrita por un joven británico imbuido en el ambiente "antipapista" (anticatólico) y -por rivalidad entre potencias- antiespañol imperante en la Gran Bretaña (hegemonizada aún hoy por Inglaterra-) de su época ("anti papismo" que en ciertos sectores aún persiste). Pese a ello siempre es interesante (se podría extrapolar la historia a otros lugares, épocas y religiones) su planteo narrativo bien elaborado a partir de lo siniestro.